En 2008, el mundo empezó a sufrir una crisis financiera que golpeó a muchos países de occidente, pero sobre todo al país griego. La Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo lograron recortar los impuestos que sufría la economía, sin embargo, no pudieron controlar los daños en la salud mental a consecuencia del aprieto económico que sufrieron los ciudadanos del país. 

El índice de suicidio y depresión empezaron a tener más notoriedad en la estadística de muertes desde que empezó la crisis económica. Han pasado más de 10 años y la economía griega empieza lentamente a recuperarse, pero los números de muertes por suicidios no han menguado. No obstante, desde el 2012 el apoyo monetario dedicado a la salud mental fue reducido progresivamente hasta más de la mitad; mientras que los pacientes que poseen este mal fueron aumentando.

Entre los años 2010 y 2015, la epidemia de depresiones condujo al aumento de un 40% de suicidios respecto al inicio del siglo según el Consejo de Europa. A pesar de ello, llevar un registro de números de muertes es una tarea difícil e imprecisa debido a la resistencia de la iglesia ortodoxa a dar sepultura a quienes se quitan la vida sin dar cuenta al informe. Se podría pensar que la cantidad de muertos es aún mayor de la que estima la entidad europea.

“Klimaka”, organización dedicada a la prevención de muertes por problemas de salud mental, informó que en el año 2018 las llamadas de urgencia a su línea telefónica contra suicidios se multiplicaron en un 30%, tanto que las visitas a su centro médico también aumentaron considerablemente.

Tras el conocimiento de la expansión de la epidemia, las autoridades griegas plantean combatir el mal mediante la concienciación a los ciudadanos. Miles de desempleados, personas que perdieron sus negocios, pobreza y escasez son aún heridas abiertas que mantiene el país. Es por ello, que el problema de salud mental se ha convertido en un asunto de Estado en el que los distintos actores políticos deberán actuar en consecuencia a pesar de las condiciones lamentables en la que se encuentra Grecia.